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La vida de Sutton Tate acaba de dar un vuelco. Su madre ha muerto y no ha dejado más que un apartamento lleno de recuerdos y una carta con una lista de cosas que espera que Sutton haga el próximo año.
¿Lo primero en la lista? Pasar el verano en el pequeño pueblo de Destiny Falls, Michigan, con un tío abuelo del que nunca ha oído hablar.
Ella es reacia, pero serán solo unos meses. Trabajará en la Cabaña del Misterio, la trampa para turistas que posee su tío, ganará un poco de dinero e intentará conectar con el último pedazo de familia que le queda en este mundo.
Entonces llega a Destiny Falls y no es nada de lo que esperaba.
Su tío la mantiene alerta, siempre hay algo que hacer en la tienda y el encargado de mantenimiento de la cabaña, Teller, podría ser el hombre de sus sueños. Si a esto le añadimos el sórdido hijo del alcalde y algunas nuevas amigas, Sutton podría tener un verano que nunca olvidará.
Cuando el verano termine, ¿renunciará Sutton a su sueño de ser ejecutiva en Boston? ¿O habrá encontrado por fin lo único que no puede abandonar?
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La vida de Lyla Winters está en una encrucijada. Ha ido rebotando de un trabajo a otro desde los dieciséis años, queriendo experimentarlo todo, pero ahora que tiene veinticinco años, su falta de un plan no es nada bueno. Por desgracia para ella, no tiene ni idea de lo que quiere hacer con el resto de su vida.
Pero tiene un plan. Se tomará un año libre para viajar y encontrarse a sí misma. Sin embargo, ese plan se descarrila cuando llega a Destiny Falls, Michigan, y choca con una elegante camioneta todoterreno.
De ella sale Hudson Hayes. Dueño de restaurantes, ganador de un premio de la fundación James Beard, y el hombre con un plan.
Tal vez, también, el hombre de sus sueños.
Tiene que pagar por los daños de ambos de sus carros y, así, se le van los ahorros del año. Ahora está atrapada en Destiny Falls, trabajando en la Cabaña del Misterio y viviendo en el apartamento de encima del restaurante de Hudson.
Sin embargo, el plan para el año sabático sigue en marcha. Solo tiene que ahorrar dinero y mantener sus ojos en el premio. Solo que el premio se parece cada día más a Hudson.
Cuando Lyla tenga por fin los ahorros suficientes para abandonar Destiny Falls, ¿podrá despedirse de sus amigos y de la vida que ha hecho en este pequeño pueblo? ¿O habrá encontrado por fin el único lugar al que realmente pertenece?
