Como líder de su manada, Griffin no es el típico omega. En lo que a él respecta, está destinado a estar solo; incapaz de establecer vínculos, entrenado para matar y con las responsabilidades de una manada sobre sus hombros. Si alguna vez tomara un compañero, tendría que ser diferente a cualquiera que haya conocido. ¿Un alfa dispuesto a quedarse atrás y dejar que su omega tome el mando? No es probable.
Cuando encuentra a un luchador alfa tan peligroso que está a punto de ser asesinado, Griffin toma la desacertada decisión de intervenir. Ve algo más que un animal en los ojos del alfa. Pero quienquiera que fuera el luchador antes, todo lo que queda es ira e instinto. ¿Podrá Griffin hacer que el hombre que hay debajo vuelva a la superficie?
¿Cómo separar al hombre de la bestia cuando los dos están encadenados, tan entrelazados que son uno?
La Bestia sólo conoce la lucha, nada más. No recuerda un antes y no confía en el extraño omega que viene a visitarle cada día, trayendo comida y palabras sin sentido. Hasta que, un día, Griffin le trae un nombre, y una parte de Bestia oculta en su interior se libera.
Beau no sabe cómo Griffin lo trajo de vuelta. Todo lo que sabe es que el omega es su ancla en la tormenta. Cuando las fuerzas de fuera de la manada de Griffin amenazan con separarlos, hará todo lo posible para recuperar su omega.
Luchará de nuevo, incluso si eso significa perderse una vez más.
Mil gracias a ACR!