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Todo lo que Reia siempre quiso fue la libertad.
Conocida como presagio de malos augurios y culpada de que los demonios se comieran a su familia, Reia es rechazada por todo su pueblo. Cuando vence la próxima ofrenda y se ve al monstruoso Duskwalker dirigiéndose hacia ellos, su pueblo le ofrece una elección imposible: ser arrojada a las celdas de la prisión o permitir que la sacrifiquen a un monstruo sin rostro.
Sin embargo, él no es lo que parece. Su cara de calavera y sus ojos brillantes son etéreos, y ella se encuentra encantada sin saberlo.
Todo lo que Orfeo siempre quiso fue una compañera.
Cada década, a cambio de una protección contra los demonios que aterrorizan al mundo, Orpheus lleva una ofrenda humana al Velo, el lugar donde vive y el hogar de los demonios. La breve compañía hace poco para aliviar su soledad, y sus vidas, lamentablemente, siempre fueron interrumpidas.
Había pensado que era un esfuerzo inútil, hasta que la conoció. Ella no le tiene miedo, y su deseo insaciable se profundiza en cada momento de su presencia.
Pero, ¿podrá Orpheus convencer a Reia de que se quede antes de que la pierda para siempre?
