Pero entonces una fiesta cambió el curso de todo mi primer año.
Y justo cuando creo que estoy a punto de ahogarme en los brumosos recuerdos de mi noche de fiesta en la casa de fútbol, Daniel Bridges entra en mi vida.
El receptor de la Universidad de Lindon.
Un completo ligón y una absoluta amenaza.
Porque él puede ayudar a borrar los recuerdos que sí recuerdo de esa noche.
Lo que no anticipo del ingenioso jugador de fútbol es la amistad que construimos con el paso de los meses.
O lo fácil que es enamorarme de él mientras me enseña a confiar de nuevo... y mucho más.
Mil gracias a EL!