Al principio estaba aterrorizada. ¿Un asesino peligroso queriendo hablar conmigo? Tiré las cartas, pero eso no lo detuvo. Envió más. Luego subió la apuesta y me invitó a la prisión para una visita conyugal, él y yo, solos en una habitación, sin ninguna supervisión durante una hora. Puede que haya perdido la cabeza, porque realmente lo estoy considerando. ¿Y la peor parte? Fui parte del equipo legal que llevó a su condena hace cinco años.
Mil gracias a LBDC!