Lo último que quiero hacer es pasar más tiempo con ese magnífico imbécil. Pero el tiempo nos obliga a aterrizar en un pequeño pueblo del que nunca he oído hablar. Una noche en una cabaña rústica es demasiado, añádele un viaje por carretera y el cierre de la autopista interestatal, y nos ponemos en contacto demasiadas veces, lo que hace que se dispare el calor entre nosotros. Para cuando nos separamos, estoy indecisa sobre no volver a verlo. Lo que no espero en mi primer día de vuelta como azafata es conocer al nuevo piloto. Grant King.
El universo está en mi contra. Estoy decidida a no caer en sus encantos y ser una muesca más en su cama. Él, en cambio, ve las cosas de otra manera. Aunque proteste, nuestro final es uno que no veo venir.