Desafortunadamente, mis planes cuidadosamente trazados se van al infierno cuando llamo la atención del oscuro, imponente y brutalmente caliente Sebastian Vega. Me mira como si quisiera matar a mi cachorro o comerme viva. Posiblemente ambas.
Sebastian está donde quiera que vaya, y ha decidido que soy el juego retorcido que quiere jugar, ya sea que participe voluntariamente o no. La pregunta es... ¿qué tendré que perder para ganar?
Mil gracias a SDLC!