El problema, por supuesto, es cómo explicar su ausencia a su esposo. ¿Cree que ella lo abandonó? ¿Se ha vuelto a casar? ¿Es feliz en una nueva vida? Rosalind decide ponerse un disfraz con la esperanza de responder a sus preguntas antes de aparecer en la puerta de su casa. En cambio, un giro del destino la confunde con la nueva institutriz de su pequeño hijo.
Rosalind tiene toda la intención de revelarse tan pronto como August regrese a casa de sus negocios. Hasta entonces conocerá a su hijo, un niño tranquilo que inexplicablemente ha sido abandonado por un flujo interminable de institutrices. Ahí es cuando comienzan los fantasmas. Rosalind finalmente ha llegado a casa y algo, o alguien, no solo quiere que se vaya. La quieren muerta.
Mil gracias a OIB & GLO!