Una palabra susurrada con miedo y respeto. Un nombre que hay que evitar a toda costa. Hasta que veo algo que no debería y me encuentro cara a cara con él. Secuestrada. Retenida contra mi voluntad. Una prisionera de una guerra de la que no sé nada. Pero mi secuestro es más que un caso de identidad equivocada, y mi captor es más que un extraño. Es el heredero del diablo. Un despiadado príncipe del cartel que lo toma todo y no promete nada. Debería odiarlo, pero entre más me arrastra Valentin Carrera a su mundo corrupto, más difícil resulta resistirse a cualquiera de los dos. Él está decidido a tomar más que mi libertad. Quiere poseer mi alma. Estoy a su merced. Una súplica que no significa nada para un hombre cuyas manos están manchadas de sangre.
¿Hasta que esa mancha? ¿Esa sangre? Se convierte en mía. Y ya no soy una prisionera de una guerra. Yo soy la guerra.
Mil gracias a EBPB!