No suelo ser alguien que quieras cerca de tus hijos. Soy rudo. Soy salvaje. Digo palabrotas. Y me he metido en más de un problema. Así que cuando el capitán de la policía tiene la loca idea de que yo sería un buen mentor para un niño que se ha metido en problemas, debo decirle que se vaya a la mierda, probablemente con unos cuantos improperios.
Pero cuando veo a la madre del chico, mi mundo se detiene.
Tengo que hacerla mía. ¿Podrá nuestra atracción instantánea ayudarla a pasar por alto mis defectos? ¿Arderá nuestra pasión lo suficiente como para iluminar nuestro futuro?
Tiene que ser así, porque no solo estoy enamorado de ella, sino que quiero ser la figura paterna que su hijo necesita.
Mil gracias a S!