Querido Universo:
Espero que te estés divirtiendo mucho.
Por lo visto, no era suficiente que todas las personas de mi alrededor tuviesen hijos, se casaran o estuviesen en una relación seria. No, ¡tenías que enviarme de nuevo al hombre que me rompió el corazón!
Robert Jenkins era como una droga.
Perjudicial, pero adictivo.
Me costó superarlo y ahora me las tengo que volver a ver con esa sonrisa irresistible, su arrogante encanto y su inconfundible olor.
AYUDA. ¡Estoy a punto de recaer!
Empiezo a pensar que nuestra historia de amor podría haber tenido un final feliz.
Pero eso fue antes de saber la verdadera razón de por qué me dejó. Y eso me hizo cuestionarme todo en lo que creía. ¿Puedo confiar en Robert cuando dice que ha cambiado?