Allie Winston.
Soy una chica dura jugando en un juego de hombres duros. Soy una asesora de imagen deportiva. Mi trabajo consiste en convertir a los jugadores de fútbol indisciplinados y a los entrenadores antipáticos en héroes ante la opinión pública. Pero cuando me asignan hacer que Sam Carson se vea bien, sé que tengo mucho trabajo por hacer. Sobre todo cuando me pilla en la ducha manoseándome y gimiendo su nombre. No puedo negar mis sentimientos por Sam, pero tampoco puedo negar que también soy parte de un juego que está utilizando a Sam como peón. Sólo puedo esperar que nunca descubra mi traición, porque no puedo imaginar mi vida sin Sam en mi cama.
Sam Carson.
Sam Carson.
Seré el primero en admitirlo. Soy un chico malo. Bebo mucho, juego mucho y follo mucho. Durante los últimos años he sido entrenador. Cuando recibo una oferta para ser el entrenador jefe de los Troyanos de Atlanta, sé que algo huele mal. Entonces conozco a Allie Winston, la atractiva hija del dueño del equipo. La deseo y sé que ella me desea, pero tengo la sensación de que hay algo más que atracción sexual en juego. Allie parece estar jugando un juego peligroso, y no me detendré hasta descubrir exactamente qué -y quién- está pasando.